Luego de un incidente de "bebida alcohólica" en el que intentó derribar la puerta de su habitación de hotel, el nadador olímpico Ryan Lochte buscará "asistencia profesional" para combatir su adicción al alcohol.
Es el segundo nadador más condecorado en la historia olímpica, pero Ryan Lochte, de 34 años, sigue siendo un hombre con sus demonios personales. Parece que años de "adicción al alcohol" finalmente alcanzaron al Olímpico, ya que está buscando tratamiento luego de un supuesto incidente "alimentado por alcohol" en un hotel en Newport Beach, California. Ryan, según TMZ, intentó patear borracho la puerta de su habitación de hotel alrededor de las 3 de la madrugada del jueves 4 de octubre. La seguridad del hotel respondió de inmediato a la escena y llamaron a la policía. No se hicieron arrestos, ya que Ryan pudo suavizar las cosas con las autoridades. Sin embargo, había un problema mucho más grande mirándolo directamente a la cara.
"Ryan ha estado luchando contra la adicción al alcohol durante muchos años y desafortunadamente se ha convertido en un patrón destructivo para él", dijo el representante de Lochte a TMZ. “Ha reconocido que necesita asistencia profesional para superar su problema y recibirá ayuda de inmediato. Ryan sabe que conquistar esta enfermedad ahora es imprescindible para evitar tomar malas decisiones en el futuro, ser el mejor esposo y padre que pueda ser, y si quiere lograr su objetivo, volver a dominar la piscina en sus 5º Juegos Olímpicos en Tokio en 2020."
En cuanto a dónde Ryan está buscando tratamiento, eso no se supo de inmediato. Desafortunadamente, esta no es la primera vez que las escapadas de Ryan lo han metido en problemas. En 2016, mientras asistía a los Juegos Olímpicos de Verano en Río, él y algunos olímpicos se metieron en problemas después de dañar el baño de una estación de servicio (después de hacer un escandaloso reclamo por haber sido robado).
Más recientemente, fue suspendido por un año por infringir las normas antidopaje después de someterse a una infusión intravenosa en mayo de 2018 (un procedimiento prohibido por la USADA, ya que los atletas no pueden recibir IV a menos que estén hospitalizados o tengan una excepción aprobada).
